jueves, 25 de noviembre de 2010

RECONCEPTUALIZACIÓN DE LA NOCIÓN DE INTERCULTURALIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

1.- INTRODUCCIÓN

Reconceptualizar (reajustar el contenido y sentido) la categoría “interculturalidad” es muy importante para colocarla en el actual contexto y superar nociones formales, que solo tomaban en cuenta la diversidad cultural y su convivencia o la actual tendencia de la postura neoliberal que la subsume; es decir, plantear con claridad y contundencia que, sobre todo, implica revalorización las culturas sojuzgadas (principalmente originarias e indígenas) -relacionadas en este caso- con la Educación superior.

Pero además, una reconceptualización tendrá que incorporar necesariamente, las condiciones que favorezcan la consecución del objetivo intercultural.

Por esa razón, la construcción colectiva de la categoría interculturalidad (reconceptualizada) a tiempo de aclarar el concepto, proveerá de indicadores sobre aquellos factores imprescindibles para la comprensión y su efectivización, donde indudablemente el factor económico no puede ignorarse, pues constituye condición básica de la desigualdad que promueve la discriminación y la desvalorización cultural.

2.- DEFINICIÓN

La interculturalidad como proceso, no solo debe ser entendido como la relación o integración positiva de los grupos culturales en todas sus manifestaciones y construcciones, sino también como la construcción creativa que comprende, respeta y valora a grupos cultuales diferentes, con los que se integra en una relación de equidad, pero asimismo de respeto a su individualidad.

Además, la interculturalidad para ser tal, debe rechazar cualquier sometimiento no solo simbólico sino también material que se opera a través de procesos como la transculturación y de manera más velada, la subsunción que de manera sutil invisibiliza o enajena a los sujetos sociales.

En ese marco, los propósitos interculturales precisan como sustento, alto grado de equidad entre los miembros de una comunidad o sociedad, situación que se consigue sobre la base de menor desigualdad social en cuanto a clase, género, etnia, etc.

3.- ENFOQUES DE INTERCULTURALIDAD

Un nivel estaría constituido por la verticalidad de la relación, por la cual una cultura somete a otra, es decir la imposición de la cultura dominante sobre la cultura dominada. Al respecto, democratizar sus aportes, aceptar sus virtudes y falencias en un proceso de mutua autocrítica sería un paso para aportar a una mayor integración y cohesión social.

Otro enfoque podría estar dirigido al logro de la equidad que haga posible el propósito intercultural, es decir cómo en realidad se favorece la redistribución de la riqueza de una sociedad, que coloque a los sujetos en relación de igualdad no solo jurídica sino real, a tiempo de respetar su individualidad.

Un tercer enfoque también muy importante y más aún en el campo de la educación, estaría constituido por la construcción de indicadores objetivos que puedan operar a manera de “termómetro” para evaluar –si no medir- los grados de interculturalidad en una sociedad determinada.

4.- DESAFIOS

Construir escenarios donde se visibilicen situaciones de interculturalidad.

Sistematizar experiencias positivas que muestren la consecución del objetivo intercultural.

Construir indicadores de interculturalidad.

Vincular teórica y empíricamente los fenómenos económico y cultural.

5.- COMPETENCIA INTERCULTURAL DEL DOCENTE UNIVERSITARIO

El docente deberá adquirir competencias acerca de la interculturalidad, como fomentar actitudes que favorezcan una nueva percepción a ser internalizada por los diferentes actores involucrados en el proceso educativo.

6.- CONCLUSIONES

“Reconceptualizar” la categoría de la interculturalidad no supone solo discurso, reelaboración del lenguaje, sino su tratamiento en una dimensión de contexto, de sujetos vivos que producen y reproducen su vida social, y que sobre esos marcos desenvuelven sus relaciones de interculturalidad o dominación.

El gran desafío por lo tanto es que el diálogo entre culturas no es solo conversación ni encuentro democrático. No existe un lenguaje intercultural. No es posible hablar o pensar si no es arraigado en la propia cultura. No hay espacios intermedios ni puentes de comunicación.

Las palabras y conceptos de una cultura sólo tienen sentido, su sentido, en el interior de esa cultura.


Escrito por:
Norha Castro, Miguel Morales,Marcelo Quiroz, Cecilia Rodriguez, (docentes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UMSA)